La tarea de la traducción de la Palabra de Dios

Antes de interpretar la Palabra de Dios (y debe ser interpretada bien, por supuesto, comparando cada texto con el significado de la Biblia entera) es importante tener acceso al texto más fiel posible al original. Son estos originales los inspirados por Dios, y nuestras traducciones siempre deben aferrarse al sentido del original, aunque sea difícil de comprender (y ciertamente hay cosas difíciles de entender - ver 2.Ped.3.15,16).

Traducir la Biblia es una tarea solemne y de suma importancia. No se debe permitir que un prejuicio teológico de cualquier tipo influya para traducir incorrectamente un texto (aunque sí se reconoce que estos prejuicios afectarán la traducción de textos dudosos o de doble sentido, lo que no se puede evitar). Lo importante es evitar que un texto fuera tergiversado para inyectarle un significado que el original no puede contener, o para restarle el sentido claro del original. Así permitimos a cada uno leer y interpretar la Palabra de Dios, tal cual, y no las opiniones de hombres.

Pedimos al lector que estudie la información aquí dada, y que haga las comparaciones con otras versiones que estime oportunas, incluso que consulte los idiomas originales donde posible. Son muchas las citas dadas, pero creemos que vale la pena dar una consideración profunda a lo expuesto aquí, dada su vital importancia para nuestro conocimiento de Jehová Dios.

Pasar a la siguiente página

Volver al menú inicial de este tema