Adoran (en griego "proskune&w", proskuneo) a Jesús, y Él recibe esta adoración
Según Mat.4.10, o Luc.4.8, parece que Jesús sabía que sólo hay que adorar a Jehová. Pedro lo sabía, y consecuentemente rechazó la adoración que intentaron ofrecerle (Hech.10.25, 26), como también lo hicieron Pablo y Bernabé en su día (Hech.14.14-18), y el ángel de Revelación (Rev.19.10; 22.8,9).
Es aun más extraño entonces que Jesús recibiera la adoración en varias ocasiones durante su estancia terrenal. El verbo griego traducido "adorar" es la palabra que se usa para referirse al acto de adoración que se debe a Dios. Sin embargo, puede referirse también al acto de postrarse delante de un dignatario para saludarle. En estos casos considera el acto físico de postración delante de otra persona, y siempre como saludo. Varias veces, por lo tanto, es correcto traducirlo "se postraba" delante de Jesús, cuando alguna persona se le acercaba y saludaba.
Sin embargo, existen otras ocasiones cuando este significado es inadmisible, y debe entenderse "adorar". Entre éstas encontramos las siguientes: Jesús es adorado por sus propios discípulos (Mat.14.33), estando éstos ya en el barco con él. Recibe la adoración de las mujeres (Mat.28.9); ya lo habían asido de los pies, lo que demuestra que era adoración y no la costumbre de aquellos días de postrarse delante de alguien, visto que ya estaban postradas. La multitud en Galilea le adora después de su ascensión (Mat.28.17); el hecho que algunos dudaron revela que se trata de una actitud de corazón, no de un saludo. Y después de su ascensión (Luc.24.52), fue adorado; ya no puede ser un "homenaje" humano, puesto que ya no está entre ellos físicamente.
No importa si se traduce este verbo "proskuneo" por "adorar", o "rendir homenaje", el sentido de la palabra griega original queda igual. Es a Jehová, y únicamente a Él, que es lícito "proskuneo", según los textos arriba señaladas. Cómo queramos verterlo, vemos que Jesús conscientemente recibe este acto de "proskuneo" reservado exclusivamente a Jehová.
Para confirmar este cuadro, encontramos (Heb.1.6) que Dios mismo ha mandado a "todos sus ángeles" que le adorasen (KIT, TNM 1970, y nota a pie de página en TNM edición de referencias). Esta Escritura es una cita de Sal.97.7 (ver referencias en TNM columna central) invitando a los "dioses", o ídolos, a inclinarse delante de Jehová. Sin embargo, en Hebreos es aplicada específicamente a la adoración a Jesús.
Finalmente, en la "revelación" de la actividad celestial, encontramos a toda la creación alabando a Jesús, el Cordero de Dios, con las mismas palabras y de la misma manera que a Jehová mismo (Rev.5.8-13). Esto cuadra con el deseo expresado por el Padre que "todos honren al Hijo así como honran al Padre" (Jn.5.23). Sabiendo que la adoración es debida única y exclusivamente a Jehová, ¿qué conclusión podemos sacar de estas verdades bíblicas?