La naturaleza de Jesús como hombre
La Biblia enseña claramente la plena humanidad de Jesús durante su estancia en la tierra. Como hombre perfecto, nos dio un ejemplo a ser seguido. "La Palabra vino a ser carne y residió entre nosotros" (Jn.1.14) indica que Cristo, esta "Palabra", se hizo hombre, y la Biblia luego nos deja ver a este hombre perfecto. "... llegó a estar en la semejanza de los hombres" nos dice Pablo (Fil.2.7), refiriéndose a este hecho inédito. Esta naturaleza humana se refleja en cada página de los Evangelios.
Sin embargo, no debemos tomar los textos que se refieren a la humanidad de Jesús (por ejemplo, cuando oraba a su Padre) y oponerlos a otros textos que quizás nos enseñan otros aspectos de su vida. Es parecido a la respuesta que damos cuando nos preguntan acerca de la Biblia: ¿Es un libro escrito por Dios, o por los hombres? La respuesta es ¡ambas cosas! Las Santas Escrituras exhiben claros rasgos de sus autores humanos, sin embargo afirmamos (¡y con razón!) su autoría final divina. Al afirmar que sus autores eran hombres, no descartamos la realidad de su inspiración divina.
Habiendo establecido esta naturaleza humana plena de Jesucristo, consideremos los aspectos que la Biblia nos enseña de su naturaleza divina, es decir, como un dios.