Juan 14-16 habla del espíritu santo como de una persona
Ya vimos que Jesús llamaba al espíritu santo el "otro consolador", una función puramente personal. En 14.26, Jesús nos habla del espíritu santo, "que el Padre enviará en mi nombre". No es costumbre "enviar" una fuerza impersonal, y mucho menos en nombre de otra persona. Este "enviado" enseñará a los discípulos y les hará recordar los dichos de Jesús. En 15.26-27, Jesús nos dice que "cuando llegue" el espíritu santo, "dará testimonio acerca de mí; y ustedes han de dar testimonio...". Notemos que es muy inusual hablar de la "llegada" de una fuerza, y que el espíritu santo "da testimonio" de la misma manera que los discípulos. En 16.7-14, el espíritu santo es enviado, llega, da evidencia convincente, guía, habla (y no por su propio impulso), oye lo que otro dice, glorifica a Jesús (¡qué humildad!), recibe de otro y declara a los discípulos.
¿Podemos de veras afirmar que estas son acciones de una fuerza puramente impersonal? ¿Tienen sentido estas afirmaciones si son hechas de una fuerza? ¿No es más razonable atribuirlas a una persona?