Tertuliano

Tertuliano era quien formuló las expresiones básicas para explicar la Trinidad, creencia que él por lo tanto sostenía. Habló claramente de "una Trinidad de una solo divinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo" (De Pudicitia, 21). La primera cita de Tertuliano en la revista expresa una posición trinitaria clara, diferenciando entre el Padre y el Hijo, pero de ninguna manera niega que por lo tanto el Hijo sea inferior al Padre, sino que sea distinto, aunque igualmente Dios.

En "Apologética, 21", Tertuliano intenta explicar esta relación de Dios Padre con Dios Hijo con el siguiente ejemplo: "Este Verbo [...] se llama el Hijo de Dios, y Dios, de unidad de substancia con Dios. Porque también Dios es espíritu. Cuando un rayo se proyecta del sol es una porción del sol entero; pero el sol estará en el rayo porque es un rayo del sol; la substancia no se separa sino se extiende. Así espíritu viene de espíritu, y Dios de Dios, como la luz se enciende de la luz [...] Este rayo de Dios [...] bajó planeando hasta entrar en una virgen..."

La otra cita de Tertuliano, separado con [...], en realidad ni siquiera es una cita suya. La primera parte es el resumen de otra persona de una declaración hecha por Tertuliano en "Elucidaciones", y la segunda parte viene de otra obra completamente distinta, "Contra Praxeas". No se explica por qué están juntadas aquí de esta forma. Tertuliano sí enseñaba que el Hijo no llegó a ser llamado de Hijo hasta que empezó a tener esta relación con el Padre, probablemente en el momento de la creación, pero también enseñaba claramente que la persona del Hijo era eterno. De la misma manera dice que el Padre "no podría haber sido el Padre anteriormente al Hijo, ni el Juez anteriormente al pecado" (Contra Hermógenes, 3).

El contexto completo de la segunda parte de la cita cambia por completo su significado. Luce así: "Pues antes de todas las cosas, Dios estaba solo... Pero mismo entonces no estaba solo; pues El tenía consigo aquel que poseía en Si mismo, o sea, Su propia Razón... Aun antes de la creación del universo, Dios no estaba solo, puesto que El tenía dentro de Si mismo tanto la Razón como, inherente en la Razón, Su Verbo..." (Contra Praxeas, 5). Este preexistente Verbo era igualmente Dios que el Padre, aunque subordinado a El: "Así El [el Padre] lo hace igual a El... aunque reconozca al Hijo, mantengo Su distinción en segundo lugar después del Padre" (Contra Praxeas, 7). De esta forma vemos la fe claramente trinitaria de Tertuliano.

En otra obra ("Un tratado sobre el alma", 43) Tertuliano afirma que "solamente Dios está sin pecado; y el único hombre sin pecado es Cristo, ya que Cristo también es Dios". Cristo era el Dios encarnado.

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